Hay poco más que añadir a todo lo que se ha dicho o escrito: este año el F.C.Barcelona ha realizado una de las mejores temporadas de todos sus tiempos, y todos los culés, y los que sientan simpatía por ellos, han de sentirse de enhorabuena. Una enhorabuena que, aunque sólo sea temporal, les permita dejar a un lado las actuales crispaciones y sinvivires derivados de la situación de crisis que atravesamos.
Lo he dicho ya en numerosas ocasiones: no me gusta el fútbol, aunque no por ello puedo puedo dejar de alegrarme por los éxitos de un equipo de fútbol de mi comunidad (o país, o como le queramos llamar). Una alegría más por simpatía que por afición, y canalizada básicamente en una persona: Pep Guardiola, parte fundamental del espíritu, alma y corazón del actual equipo. Bravo Pep, te lo mereces, y os lo merecéis.
Lo he dicho ya en numerosas ocasiones: no me gusta el fútbol, aunque no por ello puedo puedo dejar de alegrarme por los éxitos de un equipo de fútbol de mi comunidad (o país, o como le queramos llamar). Una alegría más por simpatía que por afición, y canalizada básicamente en una persona: Pep Guardiola, parte fundamental del espíritu, alma y corazón del actual equipo. Bravo Pep, te lo mereces, y os lo merecéis.


En fin, únicamente comentar que ahora que todo le va bien al Barça es muy sencillo ser "forofo" o "culé". Lo complicado es serlo cuando las cosas no vayan tan bien, y se deba apoyar al equipo para superar los malos momentos. Porque parece que nadie se acuerda cuando, al cabo de unas jornada de liga, y cuando los resultados no acompañaban, se criticaba a Guardiola diciendo que el equipo le iba grande; o cuando a Laporta se le presentó una moción de censura que no prosperó.
Cosas del fútbol, supongo. Yo por el momento seguiré ejerciendo el rol de espectador. Eso sí, lejos del griterío poseso y de los campos de futbol: desde el sofá, enfrente del televisor, y con una cerveza en la mano.