2 de diciembre de 2008

Gorrones de poca monta

Como casi cada mañana iba a comprar el periódico cuando, de pronto, me topé con uno de esos "amigos" (sí, entre comillas) a los que ves cada tanto tiempo y charlas con ellos cada mucho más, y hoy fue un día en el que nuestras miradas se cruzaron y charlamos un rato. No demasiado, dicho sea de paso. No se puede pretender que en pocos minutos uno le cuente todo sobre su vida a alguien, así que hablamos de cine, música, y de blogs.

Resulta que el susodicho entró alguna que otra vez en este espacio, y que supo de lo mucho que me gusta comprar cd's y dvd's para luego pasar horas y horas degustando buena música y buen cine, así que me preguntó por si tenía "x" títulos en mi dvdteca. Tonto de mí, le dije que sí, y acto seguido me soltó un "¿me las dejas? es que querría verlas, y el emule va muy lento".

Jamás de los jamases dejo películas (con alguna excepción, claro está), quienes me conocen ya lo saben, y en esta ocasión no iba a ser diferente. Me pone furioso ver como muchos me miran como un bicho raro por comprar música y películas cuando, dicen, "en emule ya está todo", y me cabrea muchísimo más que me lo suelten en la cara. Son dos de mis hobbies, junto con la lectura, y como tales, al garantizarme horas y horas de diversión, entretenimiento, y muchas otras sensaciones que no soy capaz de describir, veo más que justo pagar por ello (ya sea adquiriendo dvd's o pagando la entrada de un cine). Otros no lo verán así, de acuerdo, pero es una opinión que soy incapaz de entender y/o respetar.

Total, que con mucha educación le he dicho que tiene dos opciones: o pillarse un buen asiento para esperar que se le descarguen las películas, o que acuda a algún videoclub. Como es normal, no se lo ha tomado nada bien, pero es que...



No es cuestión de egoísmo; es cuestión de no dejarse tomar por gilipollas. Y, por los pelos, esta entrada no ha ido a parar al apartado de "Me cago en...", pero poco le ha faltado. Será que estoy de buen humor.

Y sí, he vuelto.

PS: Syl, precioso el detalle, y preciosa tu noticia, GRACIAS.

24 de octubre de 2008

Pozo sin fondo

Hoy me estaba tomando un café en un conocido restaurante de mi pueblo cuando de pronto entró un hombre de voz ronca y aspecto descuidado. Se acercó a la barra y, de malas maneras, pidió cambio a una camarera para poder jugar un rato a la máquina tragaperras. Veinte euros en monedas. Y ya, con el dinero contante y sonante, se fue en dirección a la máquina, paquete de tabaco en mano y cigarrillo en la boca, y empezó a echar monedas. No es que sea una escena poco común, desgraciadamente, pero me hizo darle algunas vueltas al asunto (ayudado, por supuesto, al hecho de que los periódicos del día los tenían monopolizados una serie de cacatúas que comentaban a gritos las trifulcas de Gran Hermano).

"Tragaperras", un nombre muy aclarativo: algo que se traga el dinero, tu dinero. Pero pese a ello la gente sigue cayendo en sus fauces y echándole todo cuanto le llega a las manos. Unos, por el hecho de tentar a la suerte e intentar saborear algún que otro premio. Otros, porque tienen una enfermedad que les impide controlarse ante ciertas cosas. En este caso, ante el juego. La ludopatía.

Desconozco qué le pasaba por la cabeza al hombre, puesto que, una vez la máquina devoró los veinte euros, éste fue a la barra a por más monedas, y luego siguió a lo suyo. Absorto en el meter monedas por la ranura. Absorto en el juego. Absorto en su mundo. Quizás, y sólo quizás, el hombre pasaba por algún duro momento en su vida y, por no enfrentarse a él, pasaba el rato delante de la máquina. Quién sabe.



Al final, la sensación que se nos queda a todos es la de lástima, tanto por ellos como por sus familiares. Pero la máquina seguirá encendida mientras repercuta de manera económicamente positiva a sus dueños, ya sea gracias a un "aventurero", o a un enfermo. Eso les da igual.

Y con esa extraña sensación me acabé mi café y salí por la puerta, deseando en que alguien, por su bien, le desconectara la máquina y le obligara a irse a casa.

21 de octubre de 2008

Pesadilla antes de Navidad: Edición coleccionistas con busto

No tengo palabras para describir el cúmulo de sensaciones que me provoca el visionado de esta película. Una animación perfecta, un gran argumento, y un perfecto mundo como sólo Tim Burton sabe ofrecernos, en dónde la fantasía, el humor negro, la magia y la música se combinan para hacer de ella algo inolvidable. Y es que es y será una de mis cinco películas preferidas de todos los tiempos.

Así que no podía resistirme a adquirir la mejor edición jamás editada de esta obra de arte. Después de 2 meses de espera en los que me llegó una copia totalmente rota de Estados Unidos, hoy he recibido, por fin, la edición para coleccionistas de Pesadilla antes de Navidad.

¡Es preciosa! Perfecta para adornar una estantería y hacerla mucho más vistosa. Jack me tiene enamorado, y las canciones del film se me pegan más que lapas y luego estoy días y días tarareándolas. Es algo mágico.

Además, para hacerla más mágica aún, nos llega en período pre-navideño (fecha en la que está ambientado el film), en el que muchos, debido a la crisis, estamos comprando los regalos con meses de antelación para así hacer el gasto económico algo más llevadero. A ver cuando espavilan los de El Corte Inglés y nos ponen las exposiciones de turrón y polvorones ya a finales de agosto, aunque poco les falta. Demasiada visión empresarial tienen (tómese como se quiera).

Por supuesto la película viene en perfecto inglés, pero ya me he agenciado su versión patria en Blu-Ray para poder disfrutar de toda su majestuosidad en la mejor de las calidades.


Como curiosidades, decir que se necesitaba toda una semana de trabajo para elaborar un minuto de cinta... y ésta tiene 75 minutos, así que haced cálculos. Otro aspecto a destacar es el hecho de que algunos personajes de la película llevan las caras de quienes les prestan la voz. Así pues Lock, Shock, y Barrel tienen las voces de Paul Reubens, Catherine O'Hara, y Danny Elfman. Lo mismo sucede con el niño que recibe la cabeza decapitada como regalo de navidad, que es la versión infantil de Tim Burton.

Y bien, ahora tocará buscarle un sitio destacado en mi nuevo hogar, juntamente con alguna de mis últimas adquisiciones: Se7en (edición especial) (descatalogadísima y con precios superiores a los 50€ en Ebay), Cuentos de Terramar, Movida en el Roxbury, La bella durmiente, y la edición en Blu-Ray de Pesadilla antes de Navidad.


Se acercan las Navidades, y con ellas el gasto. ¡Felices compras!

17 de octubre de 2008

Me cago en... cierto tipo de padres

Sé que no actualizo todo lo que debería. Lo sé. Pero entre las clases, el trabajo, y mi futura mudanza, estoy apenas sin tiempo. Eso sí, de mala leche aún ando sobrado, y de vez en cuando necesito rebajar mis niveles de bilis dándole a la tecla. Y es que en esta ocasión querría dedicarle una bonita y delicada entrada a todos esos padres que dejan a sus hijos corretear a sus anchas por los centros comerciales.

Y es que no soporto ver como algunos críos desordenan, toquetean, manchan, y tiran todo cuanto pueden, bajo el consentimiento o despreocupación de sus progenitores. Verlos como lo cambian todo de sitio, mientras a sus padres les importa tres bledos lo que hagan, siempre y cuando estén entretenidos y no les causen problemas a ellos. Panda de cabrones.

Me pregunto si en sus casas les dejan hacer lo mismo, si les permiten tirarlo todo por los suelos y dejarlo tal cual. En ese caso, no querría indagar más ni enterarme de qué tipo de educación le están dando a los chiquillos. Allá cada cual. Puertas adentro, en sus casas, que hagan lo que les de la gana, siempre y cuando no perjudiquen a nadie, pero fuera creo que es exigible un mínimo de civismo y control. Una educación que, por lo visto, algunos olvidan impartir.



Los niños, los pobres, no tienen la culpa. Los culpables son los padres que les permiten dar rienda suelta a su comportamiento, provocando que los que trabajamos en algún centro de cara al público tengamos que ir recogiendo la mierda que, tanto ellos como sus retoños, van sembrando por donde pasan. Para ellos pido pues la castración.

Y es que los hay que deberían tener prohibido el traer descendencia al mundo. Con ello se contribuiría a hacer de éste un lugar mejor. O, como mínimo, más cívico.

P.S.: Ahora me tocará ponerme al día con vuestros blogs...

1 de octubre de 2008

... no nos va a faltar de nada

A las 5 de la mañana suena el despertador. Mierda. Ayer me acostaba a la 1 de la madrugada haciendo un par de tareas, y antes de ser consciente de que estaba durmiendo, ya me he tenido que volver a poner en pie. Me toca ir a clase a Barcelona durante la mañana, y luego volver por la tarde hacia Girona para realizar mi jornada laboral de 7 horas. Algo bastante estresante, pero, a la par, necesario. Por si no fuera poco, trabajo los fines de semana y algunos festivos, y las facturas se me acumulan en el buzón. De ser ahora otro año u otro mes, lo calificaría todo como una mierda y lo mandaría al carajo. Pero ahora no, ahora es diferente.

Y es que, después de 24 años en los que he hecho y ha habido de todo, creo haber encontrado a la persona con la que quiero iniciar una vida conjunta y compartir risas, ilusiones, sueños, caricias... todo. Compartir los días con esa persona que me dibuja una permanente sonrisa en el rostro, y con quien los momentos que paso junto a ella se hacen inolvidables. Y es que, pese a llevar juntos únicamente dos meses (aunque intensísimos), tengo la sensación de conocerla de toda la vida. Las charlas junto a ella me divierten e interesan. Sus silencios no me incomodan, son cómplices. Sus risas me dan ánimos, y sus preocupaciones, temores, o enfados se hacen míos también. Anhelo estar más tiempo con ella y compartir las muchísimas cosas que tenemos en común, y, sobretodo, aquellas que nos hacen diferentes.

Es por eso que estos no son días de mierda, sino días en los que empezar a preparar lo que, espero, sea una vida conjunta.

Y es que ya sabes que te quiero, y que no me cansaré de susurrártelo al oído. Hoy esta entrada es para .

30 de septiembre de 2008

La generación de la peli porno de Canal+

Siempre he pensado que una gran parte del dinero que se destina a las universidades en materia de investigación, se gasta en chorradas para dar algo de renombre mediático al centro, y no para llevar a cabo estudios científicos de necesidad. Y artículos como el que hoy he podido leer en el periódico confirman mi teoría.

Resulta que un estudio llevado a cabo en la Universidad de Australia Occidental concluye que mirar imágenes pornográficas de hombres y mujeres juntos puede aumentar la calidad del esperma de un hombre. Es más, si en las imágenes aparecen varias mujeres, los efectos no serán los mismos que si aparece únicamente una. Vamos, se demuestra que si el hombre vé la imágen de otro hombre "en plena faena", se desencadena una especie de "competición de semen", haciendo que la calidad del esperma del que vé las imágenes mejore tanto en calidad como en cantidad. Ahí es nada. Y es que ante la competencia uno tiene que intentar ser mejor que el otro, y en este aspecto nuestro organismo funciona así.

Nada oye, se acabó comer tomate o beber zumo de éste. Atrás quedaron inventos como el comer muchas pasas o beber mucha leche. Olvidado está el llevar una vida sana, hacer deporte, y llevar los huevecillos limpios para promover la creación de espermatozoides. Se acabaron éstos y todos los demás remedios caseros. Ahora la cosa está en intentar traer bebés al mundo viendo porno, y explicarles luego a los niños que se gestaron mientras sus padres veían la filmografia de Rocco Sifredi y escuchaban los jadeos de Lucía Lapiedra.

Me gustaría saber cómo han llevado a cabo tal estudio... porque si de ver porno se trata, yo me sé de algunos que deben tener un esperma Brut gran reserva.

Manda cojones que haya quien intente justificar de este modo que lleva años y años dándole al manubrio.

17 de septiembre de 2008

Me cago en... la fiesta del toro alanceado de Tordesillas

Asco. Repulsa. Vergüenza. Rabia. Dolor. Estas son algunas de las muchas sensaciones que me provoca el ver, año tras año, como se lleva a cabo una de las tradiciones más antiguas de España: el toro alanceado de Tordesillas (Valladolid).

¿Y en qué consiste este festejo? Pues en dejar ir a un toro por las calles del pueblo, empezando en la Playa Mayor, y en dirección a un puente. Una vez allí, el toro es dejado a su suerte, mientras lo persigue un tumulto monumental de centenares de personas a pie o a caballo, provistos con largas lanzas, que deberán darle muerte antes de que éste pueda llegar a una zona delimitada como resguardo, la que sería su salvación. Es decir, la fiesta consiste en asesinar a un animal asustado con lanzas de tres y cuatro metros de longitud y ojas afiladas de más de treinta centímetros, torturándolo, aplaudiendo y jadeando su lenta y dolorosa agonía. Con el pobre animal exhausto, chorreando sangre, con la carne destrozada por las lanzadas, y mugiendo de dolor y espanto, hasta que se derrumbe a consecuencia de las heridas. El mozo que consiga darle el lanzazo mortal tiene el derecho de arrancar los testículos al toro y mostrarlos orgulloso en el extremo de su pica. El Ayuntamiento, además de permitirlo, otorga al ganador una insignia de oro y le obsequia con una lanza de hierro forjado.

Esta indecencia, este horror, lleva cometiéndose desde hace tres siglos, aunque la junta de Castilla y León lo prohibió durante unos años. Pero lo más inexplicable de todo es que, pese a que hasta 1999 este festejo era ilegal, la junta de Castilla lo legitimó y volvió a poner en práctica.


Valientes hijos de puta, que además se resguardan en la palabra "tradición" para llevar a cabo abiertamiente su sadismo e indecencia, vejando a un pobre animal indefenso que no entiende por qué le están haciendo eso. Pero no sé de qué me extraña, aquí somos expertos en lo del maltrato animal. Tenemos un auténtico menú completo en lo que a ello se refiere: corridas de toros, lanzamientos de cabras desde un campanar, degollar gallos a golpe de espada, el ahorcamiento de galgos y perros de caza cuando éstos se hacen viejos, etc. Pero es que "el Toro de la Vega" es una de las máximas barbaries de la actual decadencia humana.

Así que, después de explicaros en qué consiste este festejo, y como este es mi blog y escribo en él lo que me sale de los cojones, diré que les deseo a todos esos "heroicos lanceros de la Vega" que sufran una tortura parecida, y que, cuando estén delirando de la agonía, algún verdugo les corte en vida esos dos cojones de los que tanto se jactan durante su "fiesta". Igual que hacen con el pobre animal.

Y sí, esta gentuza, esta chusma cobarde, se merece inaugurar una nueva etiqueta de entrada para este blog. Panda de miserables.

16 de septiembre de 2008

Una de premios

Bueno, debido a que son las 5:09 de la mañana, tengo insomnio, y la mente poco despejada como para encontrar un tema del que escribir, aprovecharé para redactar una entrada entregando premio-cadenas. Y es que mi queridisísima (u otro superlativo) Meia, desde su fantástico y ameno blog "Me cansé de ser maceta", me otorgó tiempo atrás el Premio Paracelso 2008, que, según dice, "Otorga a la palabra un sentido mágico. Un sentido que en la magia se le llama verbo. Y eso quiere decir que puede crear. La palabra es la fuerza, pero hay palabras que tienen más o menos fuerza. Hay poder en la palabra, pero también hay palabras de poder. Este poder no se limita a la palabra, sino que está presente también, de alguna manera, en los símbolos, en la magia, las imágenes, y las letras".

Bueno, espero que no hayáis leído esto si sois propensos a marearos, puesto que la descripción del premio es todo menos clara. Pero dejando eso a un lado, voy a otorgárselo a otros blogs que, debido a esa "magia" o "fuerza" en sus palabras, se han convertido obligada lectura. Los premiados son:

- ¿Te puedo decir una cosa?: Tu segundo premio. Te lo mereces.
- Crónicas Ibéricas: Gran diversidad de temas, periodicidad de publicación, tono desenfadado y ameno, diseño fantástico (esas firmas mensuales...), críticas cinematográficas mordaces... un 10 en todos los aspectos. Y a eso hay que sumarle, además, de que es un comprador compulsivo de cine en DVD y Blu-Ray, como el menda.
- Mi perro se comió a Britney: Porque empezó como un blog para visitar de vez en cuando, y ha acabado siendo uno de mis imprescindibles.

Y no, no he acabado. Y es que el grandísimo Rafalet, desde su blog Crónicas Ibéricas me ha otorgado otro premio, el cual no sé ni si tiene nombre, pero se trata de un premio como blog "original y cercano". Su descripción reza "A todos nos encantan los blogs, en la mayoria sus objetivos son mostrar las maravillas y hacer amistades, hay personas que no se interesan cuando les damos un premio y de esta manera contribuyen a cortar esos lazos, ¿queremos que se corten o se propaguen? ¡Entonces tratemos de prestar mas atención a ellos!".

Y nada, ahí van mis tres premiados:

- Me cansé de ser maceta: Por sorprenderme cada día más, tanto con su blog, como siendo la grandísima persona que es. Porque la adoro, y adoro entrar a leer sus posts.
- Y yo con estos pelos... : ¿Qué mejor momento para premiarla que cuando cambia el look y el nombre de su blog? Fantástico.
- Esto es para tí: Un blog genial y de obligada lectura (lo cual no es ningún secreto).

Y ahora sí, ya he acabado, únicamente me queda dar las gracias tanto a Meia como a Rafalet por haberse acordado de mí en el momento de elegir a sus premiados. Aunque este no sea mi primer premio, la ilusión es la misma. Y es que a uno le encanta que se acuerden de él y tengan en consideración a raíz de lo que postea en su blog. ¡Muchísimas gracias!

Ahora toca lo de siempre, los deberes: anunciarlo/lucirlo en vuestro correspondiente blog de una manera u otra, y, si lo creéis oportuno, elegir a vuestros candidatos para hacerles entrega del premio.

A fer bondat.

15 de septiembre de 2008

¿Funciona?

Mi pareja dice que, en ocasiones, cuando me explayo charlando, la cago. No sé si se deberá a mi incontinente labia, de que soy adicto a meter la pata... o a que me encantan los yogures Danone Activia. Sí, exacto, esos yogures que anunciaba José Coronado y que te prometía que ayudaban a regular tu tránsito intestinal, lo que traducido al español de calle sería un "que te ayudan a cagar".

No es que me guste demasiado ver la televisión, pero me engancho a todo lo que dan y tengo la oreja tiesa en todo momento. Y no me han pasado inadvertidos sus anuncios en los que se dice que si no te "funcionan", te devuelven el dinero.

La cosa está en comerlos durante 14 días, y si no consiguen provocar carreras en dirección al retrete, los señores de Danone te abonarán el importe de los yogures.

¿Pero ésto cómo se demuestra? ¿Debes poner una cámara en el cuarto de baño a lo Gran Hermano para demostrar que no acudes a él a reforestar los bosques? ¿Viene un notario a dar fe de la ingesta de los yogures y del resultado de éstos? Necesito explicaciones.

Además, ¿por qué siempre en estos anuncios únicamente aparecen chicas? A ver si será que las que no podéis cagar sois vosotras... A ver si el que yo la cague es lo más normal del mundo... Toma nota cariño.

8 de septiembre de 2008

Algo más sobre mí

Syl desde su blog Freakylandia me ha propuesto para responder a una nueva cadena con la intención de conocernos mejor. Y como me encantan, me he animado a responderla. Es quizás un poco larga, pero aquí va:

1. ¿Cómo decidiste tu nick? En el caso que firmes con tu nombre verdadero, ¿por quién te pusieron ese nombre?
Pues fue únicamente por mero gusto, no por nada en especial. Los que quieran seguir haciendo la broma de que me lo pusieron por el Algarrobo (Álvaro de Luna), personaje de la serie Curro Jiménez, pueden seguir a su rollo.

2. ¿Le pides deseos a las estrellas?
Jamás pido deseos a las estrellas. En primer lugar porque no creo que, en caso de pedir algo, éste se vaya a cumplir. Y en segundo lugar porque me quedo embobado viéndolas, y luego ya es demasiado tarde.

3. ¿La última vez que lloraste?
Ayer domingo, viendo Pequeña Miss Sunshine con Mireia. Pese a haberla visto cuatro o cinco veces, siempre me arranca alguna lagrimilla.

4. ¿Pan con qué?
Con Philadelphia y una rodaja de pavo (mi desayuno predilecto). Pero para la cena, pan con tomate, una pizca de sal y de aceite, y longaniza.

5. ¿Te gustan los animales?
¡Me encantan! Cuando me vaya a vivir fuera de casa, definitivamente, tengo clarísimo que, en caso de disponer de tiempo, tendré un perro. Además, quisiera tener algún pajaro, cobaya, hamster, tortugas... vaya, que me gustaría tener algún animalillo más por casa.

6. ¿Cuántos hijos tienes?
Ninguno. Aún me considero joven como para poder encargarme de una criatura. Tiempo tendré para ser padre... porque me encantará cuando tenga que llegar el momento.

7. ¿Colaboras con alguna ONG?
No. Mi altruismo es bastante limitado.

8. ¿Si fueras otra persona serías tu amigo?
Me gustaría pensar que sí, aunque soy consciente de que soy un tipo muy pesado, cargante, y con constantes cambios de humor. Quizás me llevaría bien conmigo mismo, o quizás me metería una patada a los 15 minutos. Quién sabe...

9. ¿Tienes un diario de vida?
Lo tuve en su día, pero mi falta de constancia hizo que acabara abandonándolo. Posteriormente escribía mis devaneos mentales en ojas de papel que, posteriormente, rompía a pedazos. Y ahora este humilde blog es lo más parecido que tengo. En él escribo sobre lo que pienso y siento, y siempre sin tapujos ni vaselina.

10. ¿Eres sarcástico?
Como decía Jarabe de Palo, Depende. Aunque sí, por lo general me gusta serlo. La ironía y el sarcasmo forman parte de mi manera de ser, ya sea para bien o para mal.

11. ¿Saltarías el bungee=puenting?
Ni loco. Tengo vértigo, y soy consciente de que con sólo subirme al puente, todos los nervios y demás (incluída la comida y la cena) recorrerían pata abajo calzoncillos y pantalón. Repito: Ni loco.

12. ¿Cuál es tu cereal preferido?
Posiblemente me quedaría con el arroz. Y más aún cuando pienso en el excelente sushi que hacen en los restaurantes japoneses...



13. ¿Te desabrochas los zapatos antes de sacarlos?
Únicamente si al intentar quitármelos temo por deshollarme los talones, o por reventar el zapato con tanto tirón.

14. ¿Crees que eres fuerte?
Consigo sobreponerme a los golpes y a los momentos duros, e intento mostrarme frío en muchas situaciones... pero del intento al hecho hay un trecho, y no lo consigo. Hay quien dice que soy fuerte, pero son una minoría. No, no me considero fuerte...

15. ¿Tu helado preferido?
El de vainilla con nueces de macadamia, el de stracciattella, o el de café. Bufff... me gustan muchísimos sabores, aunque mis preferidos ponen de manifiesto que tengo gustos snobs.

16. ¿Cuánto calzas?
45-46. Sí, lo sé. Puedo dormir en pie, uso dos piraguas como zapatos, etc etc etc. Podéis usar todo el chistoral español (lo de chistoral me lo he sacado de la manga...dudo que exista ese palabro).

17. ¿Rojo o Rosado?
Rojo.

18. ¿Mar o montaña?
Prefiero el mar, aunque estoy abierto a que me descubran la montaña.

19. ¿Qué es lo que menos te gusta de ti?
Soy asquerosamente metódico haciendo las cosas, y demasiado demasiado ordenado y cuidadoso con las cosas. Ya escribí un post tiempo atrás, únicamente hace falta releerlo para poder entender por qué lo digo. Además de esto, a veces soy muy intransigente.

20. ¿A quién extrañas mucho?
A muchos que se han ido de alguna u otra manera. Ya sea porque hemos elegido caminos distintos, porque han muerto, o porque son un mero reflejo de lo que eran. Pero a nadie en particular.

21. ¿Te gustaría que a todos aquellos que lean este post te respondan?
Me encantaría. Un blog no es un grito al vacío, sino un pequeño mensaje en una botella que espero alguien recoja.

22. ¿Qué color de pantalones y zapatos tienes puestos?
Unos tejanos azules, y una imitación de Converse que están a punto de caerse a pedazos.

23. ¿Lo último que comiste hoy?
Una deliciosa somalla.

24. ¿Qué estás escuchando en este momento?
La canción Ángel de Jon Secada. Preciosa.

25. ¿La última persona con quien hablaste por teléfono?
Mireia.



26. ¿Trago favorito?
Con mis amigos, una cerveza. Cenando con amigos o con mi pareja, vino o lambrusco.

27. ¿Deporte favorito para ver por TV?
No siento predilección por ningún deporte en particular, aunque he de decir que ver las olimpiadas por televisión, o pruebas de atletismo, salto, natación, lanzamiento de jabalina y demás, me resulta enormemente entretenido.

28. ¿Comida?
Pasta. Pasta de cualquier tipo y con cualquier cosa (a excepción de la piña).

29. ¿Final triste o final feliz?
En mi vida prefiero los finales felices. En el cine también los prefiero, aunque no por ello descarto los tristes. Me gusta que las historias me emocionen y me lleguen, y si, además, me arrancan alguna que otra lagrimilla, pues mejor que mejor.

30. ¿Tienes mascotas?
, ahora mismo tengo tres tortugas (una de ellas enorme) y un loro que se llama Curro.

31. ¿Día Favorito del Año?
No tengo día favorito, aunque me encanta que llegue Sant Jordi. Siempre es buen día para celebrar algo, y más si lo haces junto a quienes quieres, pero ese día es especial. El poder caminar por las ramblas, ver el gran ambiente que hay, ojear centenares de libros y comprar otros tantos, ver miles y miles de rosas decorando las ramblas... me encanta. Pero vaya, para celebrar algo o hacer un regalo, cualquier día es bueno, y además la persona involucrada no se lo esperará y le hará, provablemente, más ilusión.

32. ¿Besos o abrazos?
Me encantan los besos, aunque un abrazo, además de algo muy bonito, también es necesario. Dependería de la persona y del momento, aunque he de decir que soy muy muy mimoso (y empalagoso).

33. ¿Eres una persona alegre?
, pero siempre y cuando el ambiente en el que esté así lo propicie. Y ese ambiente incluye a la gente con quien esté. Soy algo introvertido y tímido, pero si conozco mínimamente a la gente que me rodea, soy bastante espontáneo, divertido, y verbalmente muy bruto.

34. ¿Quién crees que te responderá?
Pues... prefiero no pensarlo para así llevarme una sorpresa.

35. ¿Qué libro estás leyendo?
Buff... tengo algunos en danza. La apelación de John Gisham, o Entre limones de Chris Stewart

36. ¿Color favorito?
El verde. Aunque me guste muchísimo el negro a la hora de vestir.

37. ¿Qué viste anoche en la tele?
Pequeña Miss Sunshine por cuarta o quinta vez.

38. ¿Rolling Stones o los Beatles?
Imposible decidir. Me quedo con ambos.

39. ¿Cómo ves el vaso?
Medio lleno, y sirviéndome un poco más.

40. ¿Dónde es lo más lejos que has estado de tu casa?
En la República Checa.

41. ¿Practicas algún deporte?
Meses atrás iba al gimnasio, pero lo acabé dejando para poder practicar ámpliamente la explotación en el trabajo. Ahora mismo no practico ninguno.

42. ¿Desde dónde escribes?
Desde mi casa, en Caldes de Malavella.

Si alguien se anima a continuarla, es toda suya.

7 de septiembre de 2008

Me cago en... los que hacen ruido al masticar

No sé si se debe a mi acidez de estómago o a la enorme "soltura" que me provoca la ingesta de mezcla de alimentos con fibra y tazas de café, pero la noche pasada charlando con Mireia sobre nuestros blogs y devaneos mentales llegamos a la conclusión de que sería una buena idea escribir sobre aquello que nos irrita de sobremanera. Mentar aquellos (y aquello) que consiguen sacarnos de nuestras casillas y entrar en ese estado de trance en el que los insultos y espumarajos por la boca se vuelven algo normal. ¿El por qué? Simplemente como modo de desahogo, ya que despachándonos a gusto a través del blog nos permitirá serenarnos y conservar los dientes intactos en caso de que nos crucemos por la calle con algo o alguien que hayamos citado. Así que desde hoy mismo inicio esta sección a la que, en un alarde de creatividad y buen gusto, titularé "me cago en...".

Para empezar la andadura hablaré de ese tipo de gente que al comer se asemeja más al cerdo que al ser humano. De aquellas personas que hacen ruido al masticar, o que lo hacen con la boca abierta. Yo no sé si en sus casas es tradición hacerlo, pero a mi me repugna muchísimo ver a alguien que, al triturar la comida, abre la boca palmo y medio. Joder, si puedes ver todo el proceso de masticación y deglución. Eso por no mencionar cuando comen guisantes, garbanzos, patatas fritas, u otros alimentos pequeños o desmenuzables, y éstos se les caen de la boca durante el chapeo. Hay como para ponerles un saco en la boca y agarrárselo a las orejas, para que puedan comer a gusto sin revolver el estómago a los presentes.

Lo mismo me sucede con los que comen sopa y se la toman a sorbos. Vamos a ver, si está quemando, sóplale, pero no sorbas. Entran ganas de desear que la sopa se les vaya al pulmón y se ahoguen y ponga morados durante un ratillo. Y siguiendo con los líquidos, he de mentar a aquellos que al tragar hacen el mismo ruido que un desagüe después de absorver una paella para doce. ¿Acaso no se puede tragar de un modo más silencioso? Sólo les falta agarrar la escobilla del inhodoro y metérsela por la boca para empujar los nutrientes esófago abajo. Siempre con mucha clase, of course.



Y no puedo olvidarme del mundo de los dulces. En primer lugar, esos seres que cuando los vemos por la calle comerse un helado a lametazos nos evocan imágenes de vacas degustando verde pasto. Únicamente les falta mugir y espantar a las moscas con el rabo, porque el ruido ya lo tienen dominado. Lo mismo es extensible a los que abordan un chupa-chups, devorándolo a contrarreloj, y sorbiendo babas de un modo comparable al del tubito que nos enchufa el dentista en plena boca durante sus intervenciones. Y como punto final, los (y las) que mastican chicle. A éstos únicamente les deseo dos cosas: o que se les joda la mandíbula, o que al masticar se les meta en la boca un escarabajo con un par de cojones, que haga que no la abran más en lo que les queda de vida.

Siguiente.

4 de septiembre de 2008

Estupidez sin fronteras

Alguien que sabe lo mucho que me encantan las cadenas, me ha propuesto para responder ésta en la que dejar constancia de mi grado de estupidez. Aquí la sorpresa estará en ver hasta qué nivel puedo llegar. Así que, sin más preámbulos, empezaré a marcar con una "x" aquello que me haya sucedido en alguna ocasión, y así salir de dudas:

1. [x] Que se te caiga el chicle de la boca cuando estas hablando.
2. [x] Saludar a alguien en la calle por equivocación.
3. [x] Golpearte con una puerta o algo transparente.
4. [x] Llamar 2 o más veces al mismo número cuando te dijeron: “equivocado”.
5. [x] Pensar algo divertido y te empiezas a reír y la gente se te queda mirando raro.
6. [x] Golpearte con un árbol/poste/cartel mientras caminas.
7. [] Te es posible chuparte el codo.
8. [x] Al leer esto, acabas de intentar chupar tu codo. (lo intenté chupar la primera vez en leerlo)
9. [x] Mandar un mensaje de texto a la persona incorrecta.
10. [] Ponerte el zapato izquierdo en el pie derecho y/o viceversa.
11. [] Salir con la etiqueta de la ropa nueva a la calle.
12. [x] Ahogarte con tu propia saliva.
13. [x] Ir a un lugar en tu vehículo y volver caminando. Se cuenta la bici.
14. [] Confundir la sal con el azúcar en las comidas/bebidas. (hasta he confundido el aceite con el vinagre)
15. [] Abrir al revés la caja de fósforos.
16. [] Abrir el bidet y mojarte la cara con el chorro.
17. [x] Tragarte un insecto sin querer.
18. [] Incendiar algo accidentalmente.
19. [x] Intentar tomar un sorbete con la boca y se te va por la naríz/ojos.
20. [x] Dormir y despertarte todo babeado.
21. [x] Dormirte en clase.
22. [x] Destapar la gaseosa y salpicarte, cerrarla, abrirla y volver a salpicarte.
23. [x] Contar algo y olvidarte de lo que hablabas.
24. [x] Llegar al mostrador y olvidarte de lo que ibas a comprar.
25. [x] Querer servir la bebida con la botella tapada
26. [x] Usar los dedos para hacer sumas simples.
27. [x] Dormirte en el colectivo y pasarte de la parada.
28. [] Cerrar la puerta, que abre solo de adentro, y dejar las llaves de ese lado.
29. [x] Ponerte la ropa al revés o del lado equivocado.
30. [x] Buscar algo por todos lados y que lo tenías en la mano.
31. [] Abrir el bidet y que el agua salga demasiado caliente.
32. [] Ir a votar y no llevar el DNI.
33. [x] Tragarte el chicle.
34. [x] Ir a comprar y no llevar el dinero.
35. [] Hacer una cola de 3 hs que no era.
36. [] Agarrarte los dedos con el ventilador de techo.
37. [x] Tirarte al agua y rasparte la cara contra el fondo.
38. [x] Largar una carcajada con la boca llena de líquido y escupir todo.
39. [] Ir caminando, que se te salga el zapato y tener que volver a buscarlo
40. [] Quemarse los pies con la arena y disimularlo.
41. [x] Salir o entrar al agua y que se te baje la po... (perque no tengo....)
42. [x] Entrar al departamento o coche equivocado.
43. [x] Que se te caigan objetos al inodoro.
44. [x] Caerte de la cama.
45. [x] Entrar al baño del genero equivocado.
46. [x] Inclinarte el vaso antes de llegar a la boca y chorrearte.
47. [] Dejar el auto sin freno de mano y que se te vaya cuesta abajo.
48. [] Prender el cigarrillo al revés e intentar fumarlo.
49. [] Decirle mama a la profesora.
50. [] Chocarte con alguien en la calle y salir los dos para el mismo lado.

Y... tatatachán... 32 de 50, y eso que algunas no las he marcado por diferir en algo o estar poco matizadas. Supongo que mi grado de estupidez ya se acerca al gilipollismo crónico. Debe de ser congénito, que no lo puedo evitar por mucho empeño y buena voluntad que le eche al asunto. Que soy un pata negra, vamos.



Y como siempre que propongo a alguien para un juego de éstos, jamás lo hace, dedicaré el espacio a explicar alguna de las respuestas. Del por qué las he marcado o no:

3. [x] Golpearte con una puerta o algo transparente. <------ ¿Alguien no ha entrado nunca en algún laberinto de cristales/vidrios? Pues una de las primeras veces en que yo lo hice, harto de dar vueltas sin sentido, y pensando vislumbrar la salida, eché a correr, golpeándome contra un vidrio y abriéndome la frente. Toma ya.

22. [x] Destapar la gaseosa y salpicarte, cerrarla, abrirla y volver a salpicarte. <------ Pues sí, dos veces me sucedió. Y en la culminación del acto, para que no derramara más, decidí empezar a chuperretar todo lo que derramaba, provocando que me saliera a presión por ojos y nariz.

41.
[x] Salir o entrar al agua y que se te baje la po... <------ Esto ya quedó atrás, ahora el truco está en hacer un pequeño hoyo en la arena y tumbarse boca abajo, permitiendo que nuestro "amiguito" tenga espacio en el que explayarse.

42.
[x] Entrar al departamento o coche equivocado. <------ Ésta la he marcado, pese a no llegarla a cumplir. Me ha ocurrido tanto yendo a por el coche, como volviendo ebrio a mi piso de Barcelona. Y digo que no se llegó a cumplir, puesto que ninguna de las llaves consiguió abrir la puerta equivocada.

En fin, miraré a ver si tengo algún cupón descuento para hacerme una lobotomización.

2 de septiembre de 2008

Generalizaciones, prejuicios, y la madre que los parió

Ahora que trabajo y que, como corresponde, cobro por las horas realizadas, me puedo permitir uno de los lujos que últimamente sólo están destinados a la gente de clase alta: llenar el depósito de gasolina. Así que no me preocupa realizar más o menos kilómetros con el coche, ya que la tarjeta de crédito aún no corre peligro de quedarse anoréxica.

Total, que hoy he ido a la gasolinera habitual y mientras hacía cola para pagar, he escuchado una conversación entre uno de los dependientes y un cliente:

Dependiente: ¿Sabes que el otro día un negro se fue sin pagar la gasolina?
Cliente: No me extraña... esta gente viene aquí para robar o para hacer el vago.
Dependiente: Pues sí. Para eso que se queden en su país.
Cliente: A la cárcel los metía yo a todos.
Dependiente: Es que no es cuestión de ser racista o no, pero es que son mala gente.

Charla de nivel, of course. Y es que una de las cosas que me repatean el hígado son las generalizaciones. Y no hablemos ya de si les da por criminalizar a los susodichos con los que generalizan. Si a un chico de 18 años le da por poner la música a toda pastilla molestando a los vecinos, es que los jóvenes son unos maleducados e incivilizados. Si una persona de étnia gitana vive en una chavola y malvive robando, es que los gitanos son unos inadaptados, unos criminales, y unos vagos. Si una chica está con dos relaciones diferentes en un corto período de tiempo, es que las chicas de hoy en día son todas unas putas. Si un africano agrede a otra persona, es que los negros son abominables, y habría que colgarlos a todos del cuello en un árbol en pleno África para que los leones les royeran los huevos. Si un chaval hace botellón en un parque, es que los jóvenes son unos borrachos. Si a un chico le gustan las películas dramáticas y que éstas le hagan llorar, es que es marica. Si un hombre musulmán vende droga en un portal a los chiquillos que pasan por delante, es que los moros deberían ser echados del país. Si un albanés asalta un chalet, es que todos tienen por hobbie colarse en casas ajenas y desvalijarlas. Si un japonés sufre alucinaciones debido a un exceso de horas frente a los videojuegos, es que éstos son perjudiciales y dañinos. Si a un punk le da por pegarle un sopapo a un tío, éstos son unos violentos, y la música punk, el opio con el que hay que acabar. Si en Estados Unidos hay muchas muertes al año por armas de fuego, la culpa la tiene el cine de acción, por lo que habrá que seguir rodando peliculones del tipo Una rubia muy legal 2 y similares. Y así un largo, larguísimo etcétera.



Ésta mañana me he levantado con un dolor de barriga tremendo, y después de escuchar su charla me han dado ganas de desatarme el cinturón, bajarme los pantalones, y plantarles un bonito y generoso zurullo encima del mostrador a modo de propina, para que vean que no deben caer en las generalizaciones. Que yo, como catalán, de tacaño tengo muy poco.

Gilipollas.

1 de septiembre de 2008

El fascinante mundo de la mierda por fascículos

¿Quién no ha deseado alguna vez tener una colección de dedales de porcelana adornando sus estanterías? ¿Alguien en su sano juicio no querría tener en casa una muestra de ferúmen de las orejas de los mamíferos del campo manchego? ¿Y quién no tiene reservada ya la colección de joyas del cine de Bhután en LaserDisc? Ohhh... y es que ya estamos en pleno septiembre, y con él nos llega la avalancha anual de colecciones de en fascículos.


Y es que los hay para todos los gustos: que si los cursos de inglés, francés, alemán, italiano, noruego, silvo canario... pasando a las de maquetas, dedales de porcelana, libros de diferentes autores, e ¡incluso rosarios! Hay muchísimo en dónde elegir, y también en dónde ser timados. Y es que, por poner un ejemplo, algunas colecciones de maquetas, como podría ser la de montar una casita de muñecas barroca (olé los cojones de los creativos) consta de unas 100 entregas que, además de aumentar el precio a medida que avanza el número de los fascículos, la finalización de ésta puede rondar los dos años, dando lugar a que las muñecas de la dichosa casita se conviertan en mujeronas y les llegue la menopausia. Digo yo que si lo que queremos es montar una maqueta, nos la compramos en su caja, con la totalidad de sus piezas, sin tener que esperar, y con un precio un 50% inferior al del coleccionable. Pero bueno, de caras a iniciar una colección de bombonas de butano del mundo, quizás sí nos resulta más rentable tirar de los coleccionables que no buscar alternativas.

Supongo que el hecho de que nos enganchemos a ésto se debe a que las personas, debido a que vivimos en un estresante mundo en el que todo sucede a un ritmo vertiginoso, necesitamos acogernos a una rutina, a una "preocupación", a algo que nos mantenga en constante ocupación. La durabilidad de las colecciones nos permite ahondar en nuestra capacidad en frente a las responsabilidades y, de paso, fomentar la rutina en la que se convierte en adquirir los diferentes fascículos. Algo parecido a lo que sucede con el blog y con el hecho de mantenerlo actualizado periódicamente.

Personalmente, prefiero hacerme con el objeto o colección completa desde el primer momento, en una tienda especializada en la que podré adquirirlo más barato, más rápido, con mejor asesoramiento, y seguramente con mejor calidad. Además de ésto, cuando colecciono alguna cosa me gusta ver en ella un tiempo y un esfuerzo dedicado a su adquisición. No únicamente un gasto económico, sino un trabajo tras ella buscando, comparando, o persiguiendo los diferentes objetos de dicha colección. Y como auténtico fanático del cine, disfruto muchísimo buscando ediciones descatalogadas en dvd, ediciones especiales, y rarezas jamás editadas, o simplemente comparando precios y buscando en qué tienda puedo encontrarlas más baratas. La adquisición de cada una de ellas me provoca una satisfacción que es imposible comparar con la que me pueda provocar adquirirlas mediante un fascículo. Pero nada, me doy con un canto en los dientes y, a la vez, me bajo los pantalones y quito el sombrero ante la genialidad de la mente de algunos.

En primer lugar (y a ésta le doy un agradecimiento propio), por obsequiarnos con una fantástica colección de, únicamente, 90 entregas para montar nuestro propio cutre-reloj de cuco. Un reloj que de buen seguro nos proporcionará tranquilidad en casa, libres de visitas inoportunas e inesperadas, puesto que con esa horterada colgada de una de nuestras paredes, nadie querrá acercarse a nosotros ni tener nada que ver.


Ésta cara de lelo es la que se le queda a uno tras gastarse 715,50€ en esa mierda reloj de cuco

En segundo lugar, por acercarnos el fascinante mundo de las figuritas de plomo. Que si bomberos de la historia, soldados franceses, caporales de la 2a Guerra Mundial, caballeros medievales, soldados de la antigüedad, fuerzas de élite, figuras de pesebre... y en breve la de juguetes rotos salidos de Aquí hay tomate.

En tercer lugar, por traernos en réplicas todos los modos de locomoción posibles. Taxis del mundo, coches deportivos, motos hippies, bicicletas de la historia, motos de campeones, aviones, camiones, vehículos comerciales, furgonetas de antaño, tanques americanos, o helicópteros famosos (incluído el del accidente de Rajoy).

En cuarto lugar, por permitirnos montarnos nuestro propio chalecito por poco menos de 1000€. Que si una casa de muñecas, que si una casa mediterranea, una casa de muñecas barroca, tu casa rústica, tu cocina modernista... y demás soplapolleces.

En quinto lugar, por adornar nuestras estanterias de chorradas como una colección de abanicos, de dedales de porcelana, de vajillas de Winnie the Pooh, de taparrabos de Mickey Mouse, de réplicas de botes de colonia, de plumas estilográficas, de banderolas del mundo, de madelmans o geipermans gays, o de botellines de calimocho.

Y en sexto y último lugar, por darme carnaza con la que poder escribir esta entrada. Manda huevos.

21 de agosto de 2008

Colección Verano 2008

Una de las cosas que me encanta del verano es poder pasear por las playas y paseos de zonas costeras, disfrutando del clima y del ambiente, en actitud de voyeur con todo aquello que me rodea. Y es que nuestro clima, el sol, y las playas, atraen a la masa turista, igual que la mierda lo hace con las moscas, con lo cual nuestro litoral se llena de gentes venidas de todos lados, creando una comunidad cosmopolita a orillas del mar. Sí, está claro... turismo cultural se le llama (por los cojones).

Viéndolos uno se da cuenta de la grandeza que ha supuesto la globalización. Que haya personas tan distintas, de lugares tan remotos y lejanos, y que, una vez aquí, sea casi imposible distinguirlos. Es como si nuestro país los alelara y empujara a actuar del mismo modo, a ser autómatas incapaces de hacer nada "diferente". Y es que el que viene a España/Catalunya (por el caso concreto del que hablo) y no se deja estafar con los precios demenciales del chiringuito, no se atiborra a base de paellas asesinas, emborracha con sangrías de destrucción masiva, o no compra un toro o una bailaora' sevillana, es como si no hubiera disfrutado plenamente de las posibilidades que le ofrece el país. Y esto no me lo invento yo, puesto que las encuestas que realiza la Consejería de Turismo así lo confirman.

Claro que, además de esos intereses culturales (desde que alguien dijo que comer también era cultura, los chiringuitos costeros se están llenando los bolsillos... y los turistas la panza a base de arroz rancio y cerveza aguachirrá), nuestros turistas, después de 2 días de sol y fiesta nocturna, acaban pareciéndose los unos a los otros.

Para empezar, la mayoría de ellos tiene un tono de piel bastante moreno debido al sol. Pero no un tono moreno-mulato, sino negro-congoleño. Parece que vengan con la idea de que la crema solar es un invento del Corte Inglés para sacarse cuatro perras, y que pasen de ella igual que si fuera un timo, con lo cual se explicaría ese ennegrecimiento de algunas mujeres. Por el lado masculino, el efecto ennegrecedor no predomina demasiado, pero sí el tono rojo-gamba, dejando constancia de qué prenda se ha vestido, visualizándose en sus esbeltos cuerpos (curtidos a base de tapitas y cervezas a mansalva) zonas blanquecinas en las que no ha dado el sol. Como diría el Gañán: "se produce el efecto fresa-nata, que queda muy sexy".

En lo que respecta al atuendo, en hombres está más que consolidado el uso de sandalias con calcetines blancos. Está probado: un paseo de 2 horas convierte los posibles hongos de pies en musgo, ideal para cuando toque montar el pesebre. También es bueno saber vestir bien, y colocarse el bañador o en la zona del sobaco, o justo en la cintura ,pero muy apretado, que provoque que las lorzas cuelguen por los lados, y que parezca que tenem0s un par de asas para el agarre). Pero aunque pueda parecer que los hombres nos hemos vuelto coquetos y presumidos, son ellas quienes se muestran más despampanantes.

Y es que la performance perfecta para disfrutar de un día de playa es ir con toda la pedrería que tengamos por casa, ya sean anillos, brazaletes, pulseras... (si es necesario, nos colgamos la lámpara de araña en la oreja a modo de pendiente), y un sutil y delicado maquillaje de brocha gorda, que cuando nos metamos en el agua generemos una marea multicolor que rivalice con las manchas del carburante de las barcazas. También es aconsejable usar un bikini de poca tela. Ya se sabe, cuantos más kilos, cartucheras, y celulitis haya, más diminuto ha de ser. También uno debe sugerir el uso de tacones para ir a la playa, lo cual, no me preguntéis el por qué, está bastante extendido por Palamós (debe de ser para evitar ser arrastrado por el fuerte viento u oleaje, en el caso de que haya mal clima).

No son cosas extraordinarias ni difíciles de ver, sino que están más que arraigadas entre la masa turística. Así que, si no tenéis nada mejor que hacer, id a la costa a deleitaros la vista y a tomar nota de caras a lo que queda de verano. Que no todo ha de ser Zara, H&M y demás tienduchas... que con un par de eurillos, mucha poca-vergüenza, y una boutique de playa (como las llaman algunos), podemos ir a la última en lo que a diseños veraniegos de importación se refiere.

11 de agosto de 2008

Lo primero es lo primero

Estoy hecho polvo. Esta noche pasada no he pegado ojo y hoy he llevado a cabo una dura jornada laboral de 12 horas. No me siento las piernas, y eso que estamos a lunes. Ha habido problemas a doquier, gritos, quejas, carreras, una pequeña inundación, y alguna cosilla más que ahora no recuerdo. Pero de entre toda esa maratoniana y caótica jornada en el tajo, no todo ha sido malo, y es que la comida corría a cuenta de la empresa. Y oye, no tenía ni pizca de hambre, pero si una cosa he aprendido en esta vida es que aquello que te den como "gratis", acéptalo aunque luego sea una mierda. Así que me he guardado en la mochila mis suculentos bocadillos de chopped (a un servidor el sueldo no le llega para nada de más calidad) y me he aventurado a disfrutar de un restaurante de forma gratis. Pero... ¿esto realmente importa para lo que voy a explicar? Pues, la verdad, no demasiado. Únicamente es para fijar un contexto.

Sentados en el restaurante, y mirando fíjamente el folio del menú, adornado con bonitas imágenes prediseñadas de windows, he avistado a una pareja que comía a destajo en una mesa situada al fondo del comedor. Viéndolo a él daba la sensación que se fuera a acabar el mundo. Aún no había acabado de masticar el trozo de ternera, y ya estaba empujándose uno nuevo con un trozo de pan, mientras la salsa le chorreaba mentón abajo. Los cubiertos estaban de más. En eso que su pareja (o lo que fuera la mujer que se sentaba a su lado) se le acercó para besarle en la mejilla, y él, en la línea de lo que esperaba, dejó ir un "mientras como, no me molestes". El hombre siguió a lo suyo, impasible, totalmente absorto de la reacción de decepción de la mujer. Así que de pronto recordé esas tardes con mi abuelo, sentado en el banco de un parque, viendo a las palomas colonizar el parque en el que me divertía de crío.

Y es que me hacía muchísima gracia ver como andaban, con ese movimiento hipnotizante de cabeza. Me gustaba llevarme migas de pan seco en una bolsa para alimentarlas y que se juntaran alrededor mío. Y siempre encontraba a algún Don Palomo, con el cuello hinchado, sacando pecho, con aspecto muy varonil y atrevido, persiguiendo algún fornido culo o las robustas pechugas de una grácil paloma. Pero oye, era tirarle una miga de pan, y el calentón del ave pasaba a un segunto término, y éste se centraba en el papeo.

Parece que, tanto en animales como en las personas, lo importante es llenar la barriga. Para lo otro, por lo visto... siempre quedará el recurso del porno, el cual según las estadísticas es consumido por un 85% de la población. Poco me parece.



6 de agosto de 2008

Exceso de azúcar

Hoy no había luna llena, y tampoco se ha anunciado una alineación de planetas que afectara a Cáncer, mi signo zodiacal. Tampoco recuerdo haberme dado de cabezas contra el pavimento, o tomarme alguna sustancia que me dejara en estado catatónico (sin contar el ron, claro está). Si enciendo el televisor, no me encuentro con ningún Galimatías proclamando que corren tiempos raros y que actuaremos de manera poco común. En definitiva, que no hay ningún indicio claro que me explique el por qué de mi comportamiento actual.

Como casi cada día, me he puesto el despertador a las 5:10 de la mañana para poder acudir al trabajo, pero con la pequeña diferencia de que hoy le he arreado un guantazo, lo he metido en el cajón, y he seguido durmiendo, provocando que, al volverme a despertar, me diera cuenta de que tenía únicamente tres minutejos para asearme y salir cagando leches. Pero no me he puesto nervioso, he sonreído al constatar que soy un desastre para madrugar, y he salido en dirección al curro, sin mucha prisa, pero tampoco sin tiempo que perder. De camino con el coche me he encontrado al típico "pisamierda" que decimos en Girona, un conductor que, además de ocupar tanto el carril derecho como el izquierdo, no supera los 40km/h de velocidad. En vez de soltarle un educado y cordial "hijoputa acelera, ¡que llego tarde!", le he hecho luces y lo he adelantado sin ningún tipo de complicación.



Una vez en el curro, me ha "explosionado" una pistola con pegamento, impregnándome entero de tal sustancia, y no he tenido más remedio que afeitarme los brazos en un paso más hacia la metrosexualidad, evitando así tener que arrancarla a pellizcos. A los pocos minutos, el encargado se ha puesto a chillarme (aún espero que me diga el por qué) y yo, en lugar de pedir perdón automáticamente o mandarlo a tomar por culo, le he sonreído. provocando que gritara aún más (y como digo, sin tener ni idea del motivo).

Una vez en casa, y presa del agotamiento, he intentado pegar una cabezadita, pero a los pocos minutos ha sonado el teléfono y, sin mirar siquiera quien llamaba, he decidido apartar el sueño y contestar. Me ofrecían una tarifa telefónica supermegachachi, la cual me importaba tres cojones, pero que he dejado que la chica me intentara vender con su labia. Una labia, por cierto, bastante penosa... otro día que me mande el folleto y acabamos antes, porque leyendo literal de un papel no va a lograr convencerme. Después, como si todo el mundo se hubiera puesto de acuerdo, llamaron a la puerta, encontrándome a los de Testigos de Jehová enfrente, con amenazante sonrisa. Estuve charlando con la chica sobre una revista que me dejaron para informarme, pero sin llegar a ningún punto en común. Nada que hacer. Pero ella me agradeció el tiempo y la atención y “amenazó” con volver a pasarse con un nuevo número.

Ya despejado del todo, he decidido encender el televisor y ver cualquier cosa mínimamente decente (algo muy complicado en fechas veraniegas), y me he quedado enganchado a una de esas películas ñoñas y pastelosas, en las que todo es maravilloso, los sentimientos muy profundos, y en dónde lo peor que sucede es que se le acaben los tampones a la protagonista. Vamos, uno de esos films empalagosos como un sorbete de mazapán.

En otras circunstancias, hoy hubiera sido uno de esos días en que hubiera mentado a la madre de mucha gente, y que me hubiera dejado un cabreo encima hasta el momento en que me fuera a acostar. Sin embargo, no ha sido así.

Debe ser que Cupido ha hecho puntería. Y que a mí me ha clavado una de sus flechas.

23 de julio de 2008

Aquel maravilloso secuestro

Aunque prefiero leer un libro durante mis horas muertas o desplazamientos en transporte público, de vez en cuando me gusta acercarme a un kiosko y comprar un par o tres de revistas de distintos ámbitos. No soy fiel a una publicación concreta, y me gusta ojear cuánto veo antes de decidirme, ya que las compro en función de los temas que tratan. Hoy ha sido uno de esos días, ya que, pese a que estaré un montón de horas en el curro, tendré bastantes tiempos de inactividad. Total, que me he agenciado la revista El Jueves para así poder echar unas risas y olvidarme de lo lentas que avanzan las horas. ¿Y a dónde quiero ir a parar contando esto?

Se cumple un año del secuestro que sufrió la revista por parte de Juan del Olmo, juez de la Audiencia Nacional, tras declarar que la portada de su número 1.573 (ahí es ná, y es que la revista nació durante la Transición, en el año 1977), publicada el 18 de julio de 2007, era una clara muestra de injurias a la corona. En ella aparecía una caricatura de los Príncipes de Asturias manteniendo relaciones sexuales, en una clara burla a la medida electoralista de Zapatero de dar 2.500€ por cada hijo que se tuviera. El juez no lo vió del mismo modo, declarándola "claramente denigrante y objetivamente infamante". Así que tras la sentencia, se procedió a evitar que la revista se siguiera distribuyendo, se clausuró la página web, y se pidió al director de la publicación que le entregara las placas, como si aún estuviéramos en la época de Guttenberg y el ordenador fuera una creación del diablo. No se consiguió el efecto esperado, puesto que, lejos de impedir la difusión de la caricatura, ésta terminó apareciendo en todos los medios de comunicación, suscitando múltiples debates acerca de la libertad de expresión, y consiguiendo que las copias existentes del número secuestrado alcanzaran precios desorbitantes en ebay. Finalmente, tras el juicio, el juez condenó a los dibujantes de la caricatura a pagar una multa de 3.000€ declarándolos culpables del delito de injurias a la corona.


Portada censurada y "rectificación" posterior

Lejos de evitar de nuevo el tema, y haciendo honor a que la publicación es la número uno a nivel estatal en lo que a sátira y humor se refiere, han rescatado la portada censurada para darle otro aire, homenajeando a la que tuvo que ser retirada un año antes. En ésta vemos a los príncipes en idéntica postura durante una de las regatas habituales del verano.

Ya se han empezado a escuchar las primeras críticas y comentarios catalogando el poster como provocación, canallada e insulto. Los meapilas y retrógradas ya están ocupando debates y soltando estupideces mientras se les llena la boca recitando de carrerilla palabras como "libertad", "respeto", e "humor inteligente", además de exigir una disculpa pública por una "mofa reiterada de la ley". Y es que, lejos de que sea o no partidario de la monarquía, siento que vivimos en un país de pandereta. Y digo país de pandereta por dos grandes motivos.

Portada censurada en 2007 / Poster homenaje en 2008

Por un lado, porque tanto que proclaman algunas personas que tenemos una monarquía cercana, interesada en política y sociedad, accesible, y campechana, tanto que intentan hacer ver a la sociedad que son "uno más", sean esas mismas personas las que intenten mantener una escala de clases (dejando a un lado el hecho de que existan o no). Es decir, una discriminación legislativa en función de a qué pertenezcas. Estoy a favor de que, como mandatarios y personas al frente del estado, la ley les garantice una seguridad jurídica, pero no de que únicamente ellos sean los beneficiarios de esa medida, sino también nuestros altos cargos políticos, los cuales, además de haber sido escogidos democráticamente, tienen un papel mucho más determinante en el funcionamiento del país.

El segundo motivo es, siguiendo con el hecho de que nos encanta proclamar lo modernos e inteligentes que somos, que seamos aún, en pleno siglo veintiuno, tan reacios, miedosos e intolerantes con hacer sátira y humor de según qué cosas. Por supuesto que hay que marcar unos varemos, unos límites exigibles para evitar herir u ofender, pero estos límites no debe marcarlos un juez, legislador o chupatintas de despacho, sino la población en sí. Debería ser la población quien pudiera discernir sobre qué puede hacerse humor y sobre qué no; en caso contrario, seguiremos contribuyendo a que las nuevas generaciones no sean capaces de pensar y opinar por sí mismas.

En fin, que de entre tanto cinismo y palabras vacías, me alegro de que una publicación tan veterana como El Jueves siga otorgándonos, 31 años después de su creación, un soplo semanal de aire fresco en el mundo del humor. Y que sigan.
 
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